Durante la cuarentena, puede que pierdas el sentido de tus emociones y lo que sucede a tu alrededor. Aprender a escuchar, percibir y comunicar es fundamental para sensibilizarte y mantener tus afectos

Durante estos días en los que los semáforos epidemiológicos aún continúan en rojo para muchos estados de nuestro país, en donde solo siguen reactivadas las actividades esenciales y los espacios públicos aún están cerrados, es necesario estar muy al pendiente de no bajar la guardia debido a las experiencias subjetivas que cada uno de nosotros estamos teniendo sobre esta nueva realidad temporal.

 El ser humano actúa forma natural: si está hambriento, por ejemplo, tiende a buscar y encontrar comida. La vivencia del aislamiento de tantos meses puede encaminar tu comportamiento a una búsqueda de elegir resolver lo que te está afectando y sin embargo, detenemos de forma forzada este impulso tan natural, lo que resulta complicado debido a que tenemos por un lado necesidades que no pueden ser cubiertas de forma habitual por los riesgos que esto implica y las experiencias subjetivas de frustración que están resultando tan variadas en cada persona.

experiencias en cuarentena

Nos encontramos ante un dilema valorativo de necesidades, prioridades e intereses

Para el neurocientífico Panksepp, los estados y procesos afectivos proveen valores orgánicos naturales que sirven como conductores  del comportamiento. Son el “fondo” que constituye las experiencias ordinarias de la conciencia. Si bien la mente consciente no está preparada para focalizar sobre los procesos de fondo tan fácilmente como sobre los contenidos figurativos, los estados afectivos son esenciales para la aparición de cualquier forma de conciencia.

El tomar conciencia de lo que nos está sucediendo durante la pandemia nos permite adaptarmos de una mejor forma a lo que estamos viviendo, nos brinda nuevas motivaciones para reordenar hacia donde nos enfocaremos y así actuar por voluntad a pesar de lo que nuestros valores orgánicos, afectos y experiencias subjetivas nos marcan. Se nos está presentando un dilema valorativo de necesidades, prioridades e intereses en el que solo podemos reflexionar y actuar por voluntad.

La importancia de la autoregulación

Para algunas personas, las experiencias de reflexión continua sobre lo que sucede en el día a día les permiten mantenerse motivados y sensibles a pesar de los sentimientos encontrados que están viviendo. Otras más están tendiendo a ser indiferentes  ante lo que sucede en esta cuarentena, al punto de invalidar sus emociones y las de los demás.

Conservar la sensibilidad y conciencia de tus afectos a pesar de las dificultades y vivir experiencias completas fomenta mejores aprendizajes y previene a la larga problemas emocionales. Vivir en la periferia, desconectados, minimizando los temores de otras personas o dejando a un lado las medidas de protección puede ser un “escudo” protector temporal para evitar el dolor o la frustración.

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Estados afectivos y respuestas adaptativas tan variables, que reflejan las distintas capacidades y formas de autoregulación que estamos teniendo ante esta nueva normalidad. 

Es muy necesario estar atentos y receptivos para así tomar mejores decisiones. Decide escuchar, percibir, comprometerte, comunicar, aceptarte, soltar, transformar, todo lo que te permita estar conectado conservando la sensibilidad y la conciencia de lo que te rodea. Un reto que continuamente tendrás que ir resolviendo durante estos días.

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