La espiritualidad es un factor que no debes dejar de lado para crecer personalmente y sentirte pleno

Está comprobado por distintos especialistas de Psicología que el trabajo y los momentos de oficina en casa en estos tiempos de cuarentena no pueden ser los únicos que te lleven a una sensación de plenitud o de satisfacciones diarias.

El lograr “una vida buena” se guía por distintos estándares que vamos construyendo. Lo que sí es un hecho es que nuestra identidad se enriquece aún más cuando brindas detalles que dan profundidad a tus rutinas. El sentido y las motivaciones que tienes para realizar cualquier actividad que has decidido llevar a cabo día a día y también la forma en cómo lo compartes con los demás.

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Para el bloguero Cristóbal Cervantes, «la espiritualidad refiere a la experiencia de sentir que formas parte de algo más grande y más profundo que tú mismo, algo que te conecta a todo y a todo lo  que tenemos que cuidar”.

La espiritualidad, fuente de placeres

La espiritualidad también puede ser vista como una expresión o fuente de satisfacción en los adultos, lo que se liga o dimensiona con los placeres sexuales.

Piensa en la experiencia que has tenido alguna vez al leer un buen libro en momentos de ocio constructivo. Agapito Maestre lo expresa cuando habla del gozo que podemos hallar en las distintas acciones espirituales que podemos tener en nuestro estilo de vida, particularmente en el caso de la lectura:

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“Es difícil hallar un placer comparable al creado por la lectura. Te da todo sin arriesgar nada. Sólo imaginar los libros que me esperan para ser leídos los próximos días y semanas me produce tal goce y disfrute, carnal, que sólo es comparable al que uno puede sentir preparando un viaje a un lugar bellísimo. Es el mismo placer primario, animado y animal, que uno siente ante un manjar exquisito, cuando lo contempla. Leer un libro es, antes que nada, una forma de vivirlo. De gozarlo. Delicioso es siempre el placer de la lectura. Nos da vida. Vivimos otras vidas”.

El descanso

Así como cuando somos niños el juego se convierte en una fuente de gratificación, el descanso siendo adultos es una fuente de placeres que pueden ayudar en tu espiritualidad y por tanto, a ser más saludable. 

¿Cuánto de tu día dedicas al descanso?

Si realizas un seguimiento o un ejercicio de contabilizar el porcentaje de tu día que dedicaste para “abrir tu mente”, “tiempos de descanso entre tareas de casa o laborales”, ¿qué porcentaje colocarías en este momento? Hay personas que esperan hasta el fin de semana para darse momentos de descanso. Como adultos es prioritario dedicar tiempo también al descanso

¿Has notado si haces pausas o generas momentos para convivir, tener hobbies o actividades más espirituales entre semana?

Agrega una dosis de espiritualidad a tu vida diaria

La superficialidad hoy en día se relaciona con aquellas actitudes que te llevan muchas de las veces a conseguir éxito, ambicionar más logros o bienes sin verdaderamente lograr encontrar sentido, propósito y realización de vida en eso que has conseguido o logrado. 

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Pueden haber muchas motivaciones en estas actitudes que imprimen un sinsentido a lo que estés decidiendo. Por ejemplo, de rivalidad con otros, de búsqueda de un mayor nivel de vida a expensas de sacrificios en tu salud o en la convivencia con tu familia. 

La espiritualidad brinda esa calidad y te evita emociones de vacío existencial

Si en tu repertorio de éxitos está el conseguir un bien o por ejemplo un viaje, lo que importa es el motivo por el que lo decides, esto es lo que brinda calidad emocional a tus decisiones y de ahí la importancia de reflexionar cuál es ideología que te mueve a realizarlo. Lo que brinda el carácter espiritual a cada acción que emprendes ligado a tus intereses e identidad.

El agregar una dosis de espiritualidad a tu vida diaria te brindará distintos placeres que te conectan contigo mismo y también con los demás.

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