Estar disponible 24/7 y responder cientos de mensajes en el grupo de la oficina, el de tus amigos y el familiar puede provocar una combinación letal entre estrés y placer que daña tu cerebro

Las redes sociales funcionan como una auténtica droga en el cerebro. No se trata de una declaración escandalosa, sino de un hecho probado científicamente: distintos estudios han tratado de comprender cómo reacciona el cerebro humano ante los estímulos provocados por las redes sociales, especialmente las notificaciones y el circuito de validación social que establecen.

En México, cada persona pasa en promedio 8 horas y 20 minutos conectada a Internet según el estudio más reciente al respecto y en el 82 % de los casos, se utiliza para acceder a redes sociales o enviar mensajes instantáneos.

Hoy sabemos que nuestro cerebro desarrolla una auténtica adicción a las redes sociales, misma que se expresa a través de las notificaciones que recibimos y la atención que ponemos en ellas.

Las notificaciones, un círculo vicioso de estrés y placer

notificaciones

Cada notificación (like, compartir, comentario o solicitud de amistad) libera dopamina, un potente neurotransmisor que provoca sensaciones de placer y satisfacción y se encarga de activar el sistema de recompensa, un mecanismo evolutivo que provoca la repetición de acciones y comportamientos con efectos positivos.

Se trata de un condicionamiento clásico que activa el mecanismo de recompensa en el cerebro y nos lleva a estar enganchados la mayor parte del día al celular, a la espera de cualquier vibración o tono para mirar a la pantalla. 

Te puede interesar: Las 5 mejores apps para hacer videollamadas en línea gratis

Esta adicción es más notoria en las redes más utilizadas y demandantes, especialmente en Facebook y sobre todo WhatsApp, el servicio de mensajería instantánea más utilizado alrededor del mundo.

A pesar de los beneficios de utilizar WhatsApp como un medio instantáneo de comunicación instantáneo y eficiente, mantener las notificaciones activas 24/7 sin importar si se trata de una cuestión laboral, el mensaje de tu pareja, un simple meme en el grupo familiar o una nota de voz en el grupo de amigos, es perjudicial para tu salud mental.

WhatsApp, una montaña de notificaciones 24/7

notificaciones

Es probable que alguna vez hayas sentido la presión de contestar decenas de mensajes nuevos y notas de voz que se acumulan al dejar de prestar atención por unos minutos a tu teléfono. Si a esta presión le añades los distintos grupos entre amigos, familia, trabajo o el evento del próximo fin de semana y los cientos de mensajes en ellos, el resultado es una ola de notificaciones que te obliga a ver tu teléfono cada momento, aún cuando quieras dejar de prestarle atención.

Esto se debe a que las notificaciones incluyen una pequeña dosis de cortisol con cada sonido o vibración que llega al smartphone y captura nuestra atención.

También lee: Las redes sociales están creando la generación de niños más infelices en los últimos 25 años: estudio

El cortisol se libera naturalmente como respuesta al estrés, pero cuando proviene de recibir notificaciones la mayor parte del tiempo, entonces forma parte de un círculo vicioso que consiste en liberar ese estrés a cambio de placer una vez que se lee el mensaje o se conoce el contenido de la notificación.

Inmediatamente después, una dosis de dopamina provoca placer y regresa el organismo a un estado de normalidad tras leer la notificación. Entonces el círculo está completo y el mecanismo de recompensa del cerebro llama a repetir una y otra vez esta acción, cambiando entre tensión y alivio, estrés y placer de forma súbita.

El estrés de recibir notificaciones puede cambiar el cerebro

notificaciones

Un estudio de la Universidad de Berkeley encontró que la presencia de altos niveles de cortisol en el organismo puede provocar cambios duraderos en el cerebro, repercutiendo en un estado general de falta de concentración o aumentando el nivel de estrés de forma permanente, que a la larga provoca una predisposición mayor a sufrir enfermedades mentales.

De la misma forma, distintos estudios han demostrado que mantener las notificaciones activadas durante todo el día reduce la productividad hasta en 40 %, además de que distrae a las personas de la actividad que están realizando y disminuye su convivencia con el mundo real. 

Para reducir el estrés y la ansiedad de las notificaciones, la mejor recomendación es desconectarte de tu teléfono a una hora determinada y ponerlo en modo “No molestar”, de forma que únicamente puedas recibir llamadas si se trata de contactos seleccionados por ti o de una emergencia.

También puedes archivar grupos para tener mejor control de los mismos, salir de alguno cuando ya no hay más que hacer en él, silenciar los grupos que no resultan tan relevantes para leerlos a tu ritmo y finalmente, recordar que dejar de lado el smartphone por unas horas y disfrutar de la vida real te ayudará a despejar tu mente y sentirte mejor.

También lee: Cómo hacer un smartphone detox y despreocuparte por las redes sociales